Lic. Severo GOMEZ BELTRAN.
Se cumplen hoy ciento cinco años del asesinato del general Emiliano Zapata, también llamado el “Caudillo del Sur”, quien participó en la Revolución Mexicana, con el lema “La tierra es de quien la Trabaja”, luchando por la restitución de las tierras a los campesinos y que fue muerto en una emboscada de las fuerzas federales ocurrida en la Hacienda de Chichimeca del estado de Morelos, el diez de abril de novecientos diecinueve, al que le habían ofrecido una supuesta adhesión a su causa.
En este acontecimiento fue traicionado por el coronel Jesús Guajardo, militar del ejército Federal, quien simulando unirse a sus tropas, le propuso una reunión para firmar un pacto adhesión, ya que el general zapatista se encontraba inconforme, con el gobierno del presidente de la República Venustiano Carranza y este militar supuestamente respaldaría su lucha.
La que había iniciado, porque consideraba que el gobierno de Carranza, no había cumplido los compromisos de restituir la tierra a los campesinos, por los que habían luchado en la Revolución Mexicana y que fueron incluidos en su Plan de Ayala, al iniciar la lucha en el movimiento armado nacional, demandando la restitución de los derechos agrarios a este sector productivo del campo en nuestro país.
Participó en este movimiento armado, con el llamado Ejército del Sur, ya que con la llegada a la Presidencia de México, Francisco I. Madero, iniciador del movimiento revolucionario, Zapata Salazar, se sintió insatisfecho porque en su gobierno, no se realizaron las reformas prometidas para restablecer la propiedad de las tierras a la población campesina, las que se les habían usurpado durante el gobierno del general Porfirio Díaz, a quien derrocaron con la lucha armada en la que participó Zapata con su Ejército del Sur.