* Lion (puma) encuevado
A Francisco Daniel, “mi pequeño demonio”, en víspera de su cumpleaños
La historia que les compartiré la escuché en el seno de la familia de mi mamá estando muy chico, acaso 6 o 7 años, y fue hasta el pasado fin de semana cuando una sobrina en segundo grado del protagonista de la hazaña me platicó que fue lo que muy probablemente ocurrió en la década de los 40’s con su tío en aquellos años de grandes penurias: Tomás García Amador, hermano de madre de mi abuelo paterno, como se estilaba en aquella época, se crío en la sierra, en lo profundo de la sierra, dedicado a cuidar ganado, hacer queso, mantequilla y requesón, buscando enjambres (miel), cortando palma y madera, eran tiempos muy difíciles de grandes sacrificios y limitaciones de ahí había que atorarle a lo que hubiese, un día, como ocurría con frecuencia, salió a “campear” unas reses acompañado de tres perros, ese día caminaron y caminaron sin detenerse husmeando en cada sombra, en cada “cambiadero” y “sesteaderos” cuando se pronto e inesperadamente se le adelantaron los perros “olfateando” el suelo hasta perdérseles en una cueva, como ranchero y serrano sabía que los perros habían “venteado” algún animal aunque sospechaba que podía ser un “lion” (puma) pero no sabía en sí qué animal, poco antes de llegar a la cueva donde se le perdieron las “juellas” de los perros escuchó los ladridos de los perros que salían de lo profundo de la cueva, ladridos desesperados y de dolor como que estaban siendo atacados o mordidos por un animal, no le pensó mucho, se armó de valor con un machete en la mano y se metió a la cueva, una cueva grande, profunda y oscura, encaminándose solo por intuición hasta el lugar de donde salían los ladridos de los perros, desde que los perros se le desaparecieron “venteando” el suelo supuso que le habían coartado la “juella” a un “lion” (puma), de suerte que cuando se internó en la cueva intuía más o menos de qué se trataba; el “lion” estaba matando los perros.
Al entrar a la cueva y perderse en la oscuridad de la misma de pronto sintió un fuerte zarpazo en un hombro cuyas garras alcanzaron hasta el hueso, al sentir el zarpazo comenzó a tirar machetazos a diestra y siniestras dándole muerte al “lion” en medio de la oscuridad, los perros dejaron de ladrar, uno de ellos a los pocos minutos murió en la cueva mientras que los otros dos salieron sumamente heridos pero no murieron, ya que sacó al “lion” de la cueva para ver el tamaño del animal se sorprendió; un “lión” macho grande y gordo que tenía varios meses “cebado” con los becerros y burros, había matado varios.
Como pudo se “lío” un paliacate en el hombro para detener la sangre que le brotaba a borbotones, se encaminó al rancho con los dos perros heridos, en el rancho lo curaron con remedios de yerbas y ramas medicinales, tuvo varios días en cama sin poder hacer nada hasta que cicatrizaron las heridas, heridas le quedaron como marca imborrable para el resto de su vida, los perros se recuperaron días después volviendo a la normalidad, a la chinga diaria de la vida de rancho.
Para estar en contexto les comento que no alcance a conocer a los demás hermanos de mi abuelo materno excepto al menor, a mi abuelo sí, murió en 1962 a la edad de 77 años, cuando yo tenía escasos 5 años, conservo vagos recuerdos de él, había nacido en 1885, tuvo varios hijos en distintas señoras antes de casarse con mi abuela materna, el mayor de sus hijos murió en 2006 a la edad de 106 años, con mi abuela materna pos crío 11 hijos e hijas, de los hermanos o medio hermanos de él solo conocí a uno de los menores, el tío Lupe Martínez, tuve la dicha de conocer a la viejita, mi bisabuela, que falleció en 1963, poco después que mi abuelo, se llamaba Anastasia Amador, vivía en El Chorro, en Agua Caliente, jurisdicción de Santiago, murió a una edad muy avanzada de cerca de cien años.
Agradezco a mi pariente, Alma García de Collins, vecina del rancho El Zorrillo, que me haya dado luz de los acontecimientos que ignore por muchos años de la hazaña del tío Tomás García Amador, muchas gracias Alma por tu aportación, abrazos y saludos pariente
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