Pongamos todo en perspectiva // Carlos Villalobos
El próximo 1 de junio, México se enfrenta a una cita con la historia, un momento sin precedentes que marcará un antes y un después en la configuración de su sistema judicial. Por primera vez en la vida democrática del país, la ciudadanía tendrá en sus manos la trascendental tarea de elegir directamente a los jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial de la Federación y este ejercicio, que sin duda ha suscitado diversas opiniones y debates, representa una oportunidad histórica e invaluable para tender puentes entre la impartición de justicia y el sentir popular, fortaleciendo así los cimientos de nuestra ya consolidada democracia.
No se puede negar que el camino hacia esta elección no está exento de obstáculos y de legítimas preocupaciones. Diversas voces, entre los que ha destacado el Observatorio Electoral Judicial, han puesto de manifiesto deficiencias significativas en materia de equidad y transparencia en el proceso. Se han señalado, además, las dificultades que de por si la ciudadanía tiene para ejercer un voto verdaderamente informado, dada la complejidad de los perfiles y las funciones en juego, sin embargo, es crucial entender que estas observaciones, lejos de ser un motivo para la apatía o la desmovilización, deben ser interpretadas como un urgente llamado a la acción. Son un catalizador para una participación aún más activa y comprometida, una exigencia para que las autoridades mejoren continuamente los mecanismos y garantías de este trascendental proceso democrático y destaca la importancia del voto razonado en todo momento. La inacción, en esta ocasión equivaldría a desaprovechar una ventana de oportunidad única para incidir en la transformación del sistema judicial mexicano.
Resulta particularmente contradictorio y hasta paradójico observar cómo ciertos expertos, académicos, comentaristas y políticos, quienes hace apenas unos meses se envolvían en una bandera rosa como defensores acérrimos de la democracia y la participación ciudadana, convocando y participando incluso en multitudinarias marchas enarbolando esta “causa”, ahora sorprendentemente promueven la no participación en esta crucial elección judicial.
Esa postura genera una distancia entre el discurso y la práctica, que pone en entredicho la coherencia y la responsabilidad cívica que se esperaría de quienes se asumen como líderes sociales y políticos. La congruencia entre lo que se predica y lo que se hace es un pilar fundamental de la confianza ciudadana y de la solidez democrática.
Desestimar esta elección, bajo cualquier argumento, podría interpretarse como una renuncia a la posibilidad de construir un Poder Judicial más cercano a la gente, un sistema que verdaderamente responda a las necesidades y anhelos de la sociedad mexicana.
Afortunadamente, aún disponemos de tiempo valioso para informarnos de manera exhaustiva y reflexionar profundamente sobre nuestro voto. El Instituto Nacional Electoral (INE), en su papel de como árbitro y promoviendo la participación, ha puesto a disposición de la ciudadanía una herramienta invaluable la plataforma digital “Conóceles” (https://candidaturaspoderjudicial.ine.mx/). En este espacio virtual, cada ciudadano puede consultar de manera detallada los perfiles, trayectorias y propuestas de todas y todos los candidatos que aspiran a ocupar un cargo en el Poder Judicial.
Dedicar unos pocos minutos, o incluso unas horas, a esta tarea de investigación puede ser el factor determinante para la construcción de un sistema judicial más equitativo, transparente y representativo, que refleje fielmente los valores y las necesidades apremiantes de la sociedad mexicana.
La participación en esta elección no es meramente un derecho, es una responsabilidad cívica ineludible. Es una oportunidad de oro para incidir directamente en la conformación de un Poder Judicial que no solo administre justicia, sino que también encarne los principios de honestidad, imparcialidad y cercanía con el pueblo. Es la ocasión perfecta para demostrar que la ciudadanía está comprometida con la construcción de un país donde la justicia sea accesible para todos, sin distinciones.
Este 1 de junio, no podemos, ni debemos, dejar pasar esta ocasión para fortalecer las instituciones democráticas y asi avanzar decididamente hacia un México más justo, equitativo y con un Poder Judicial que verdaderamente sirva a los intereses de la nación y en el peor de los casos luego de participar, podemos brindar con un café gratis en la tienda de conveniencia más famosa en en el país.
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