La principal fuente de bienes para el consumo ya no es su recolección sino su siembra, ya
no es su dueño quien toma primero un fruto o un animal de la naturaleza, sino el que
siembra arboles de frutos, plantas de elote, de trigo y reproduce animales. La tierra que
antes la podían usar todos, pasa a ser propiedad de quienes la cultivan, lo que implica que
otros no pueden tomar lo sembrado sin su consentimiento.
Si alguien quiere una parte de lo que siembro, me tiene que dar algo a cambio, con lo que
yo esté de acuerdo. Se generaliza el intercambio voluntario, que desplaza al despojo como
principal forma de obtener lo que otros producen.
La propiedad como institución social, que limita el uso de bienes a su propietario, se
vuelve el factor base de una convivencia pacífica y el progreso.
El famoso anarquista, socialista, del siglo XIX, Joseph Proudon fue quien pronunció la frase
“la propiedad es un robo”, que siguen muchos anarquistas mientras no tienen nada.
Sin el reconocimiento y respeto al derecho de propiedad no hay progreso, viviríamos
como en tiempo de las cavernas.
Mediante el intercambio voluntario, que acepta tácitamente la propiedad, se reduce la
violencia, como un medio para tomar lo que no es mío. Surgen enfrentamientos para
determinar pacíficamente que es de cada uno. De ahí se generaliza el concepto de justicia
de Ulpiano.
Dominicio Ulpiano (170-228), uno de los más grandes jurisconsultos de Roma, define la
justicia como “constants et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi”: La justicia es la
constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo suyo.
Difícil la decisión a que se enfrentan los jueces, ante dos personas que reclaman la
propiedad de un bien o un derecho. El juez tiene que decidir a quién le corresponde, quien
es el propietario.
Sin reconocimiento del derecho de propiedad no hay justicia, pues la justicia implica
identificar y reconocer al dueño, al propietario del bien que se litiga.
Justicia y propiedad van de la mano: sin propiedad reconocida y respetada, no hay justicia,
y sin justicia no hay paz social ni progreso.