Lic. Severo GOMEZ BELTRAN.
El periodismo y el magisterio de Baja California Sur como también los sudcalifornianos bien nacidos, hoy están de luto, por la muerte del profesor Alfredo González Gonzales, que ha partido al descanso celestial, dejando un ejemplo de tenacidad para la defensa de sus ideales, de las causas nobles y el derecho de las minorías y de los pueblos a luchar contra la opresión de los poderosos o gobernantes y las injusticias.
Pensamientos que plasmo en su obra literaria el poema “Levántate Guyacura” y en el “Frente de Unificación Sucdaliforniano”, como también en el Movimiento Loreto 70, luchando por un gobernante nativo o con arraigo, acontecimientos estos que fueron pasajes relevantes de su larga y frutífera existencia, en la cual transformo su labor periodística en una gran aula por su vocación de maestro.
Pero también la convirtió en un exponente de las inquietudes de los hombres del campo, de la sierra, de la costa, de los rancheros o de todos quienes padecían el abandono o la apatía de los gobernantes y por ellos luchaba con el denuedo que solo quienes como el, tenían la inquetud imperecedera de enfrentar con denuedo y valentía las injusticias sin importarle sus consecuencias que pudieran implicarle.
Recordar su legado es volver a sentir la tristeza que expresaba para despedir a uno de sus muchos amigos cuando emprendían el viaje eterno, citando el pasaje literario de “Por Quien Doblan las Campanas”, para expresar que este doloroso trance, se llevaba parte de su existencia, porque para él la amistad fue siempre un hermanamiento desde el fondo de su alma.
Así es como hoy llega a su fin, una vida dedicada a la docencia por el maestro que durante más de cincuenta años, llevó con apasionada entrega la luz del saber a sus alumnos, del luchador por el derecho soberano de los sudcalifornianos a elegir sus gobernantes, esa fue la trayectoria del profesor Alfredo González González, del también padre y abuelo que deja para su familia el ejemplo de lo valioso que es ser congruente con sus ideales sociales.
Hoy lo despedimos cuando se encamina el sitial en el eterno oriente, donde prevalece la paz y el descanso para los hombres que en la tierra contribuyeron con su obra a la redención social, donde seguramente continuara resonando su “Eco Peninsular” que fuera su foro periodístico al servicio de la sociedad sudcaliforniana que ahora lamenta su partida.