Alfredo González González
De las anteriores anécdotas.
Era común que hace mas de 50 años se propusiera en los puestos, comúnmente en la secretaria general de gobierno a una persona traída del exterior. La discusión de los naturales era el por que siempre tenia que ser así. La respuesta era siempre la misma: “ es que aquí no hay gente preparada”. Así las cosas, gente venida de otras partes sin identidad en la región se convertía como en el segundo de abordo, uno en especial había venido de Campeche y en donde se encontraba con uno de los nuestros eran discusiones y alegatas. En una ocasión se encontró con nuestro querido maestro de música Luis Peláez Manríquez a quien se le asigna la autoría de la música de costa azul. Un día llego el maestro Peláez a un negocio donde se servían unas ambarinas y el fue de ello sin medir consecuencias le dijo para buscar: no conozco musico que no sea borracho (SIC) . con la agudeza que le caracterizaba volteo el maestro Luis y le pregunto: ¿y usted que instrumento toca, licenciado? Se daban esos detalles porque el que había venido a ocupar un puesto se venia a sentar a la mesa puesta y hacia crisis el regionalismo que no es otra cosa que la misma identidad de la sudcalifornidad de propia voluntad que viene a unir sus refuerzos para el progreso de esta tierra, pero no. No lo entendían así. Pensaban que estaban hechos a mano y que todo empezaba cuando ellos llegaban. Hubo varios lances.
Se presento un caso por allá de la zona de Guerrero Negro donde un diputado local hacia los cuatro rosas de los vientos gritaba como un heredero de un arribismo pernicioso: “los sudcalifornianos son una bola de flojos y muertos de hambre, no saben como gobernar a un pueblo y de ahí para el real”. Esta situación se marca por quienes no han entendido que hay una cosa muy sencilla si no nos gusta esta tierra, habrá una que les plazca y quizá los reciban como gente que apaga la lumbre en forma poco acostumbrada.
Supimos el incidente y haciendo una critica muy similar le dijimos al diputado lo que habíamos sabido. Le comentamos el caso de un sudcaliforniano de esos amamantados con la leche del chunique de las ciruelas del mogote que a una persona como ella arremetía contra ella con nuestra forma de ser y la situación fue que hacía muchos años un señor del sureste hacia lo propio. Cuando murió el gobierno local le organizo un velorio en el palacio del gobierno. La persona con la que había tenido sus agarres se presento en el palacio ya que en uno de los pasillos estaba el féretro al llegar nuestro personaje se hizo un silencio ahora que si, sepulcral, y una voz susurro ahí: que bonito gesto, si en vida no pudieron llevar bien, la muerte los unió . Llego aquel hombre de 1.90 de estatura con un traje completamente negro y zapatos de charol y se dirigió al ataúd y se mencionaron estas palabras: ¡así te quería ver hijo de tu tiznada madre!