Por Alfredo González González ….
Reconocer el mérito es grandeza y humildad – En la opinión de Alfredo
A 123 años de distancia de haber iniciado en su sede de Madero y Salvatierra el hospital Juan Manuel de Salvatierra es la primera vez que un gobernador hace un reconocimiento a aquellos pioneros que velaron por la salud de nuestros ciudadanos.
Dice la expresión atinadamente: honrar, honra y este merito no lo podemos negar al ejecutivo estatal.
Eso nos hizo recordar algunas cosas, aquella trilogía formada por los doctores Francisco Cardoza Carballo, Raúl A. Carrillo Salgado, Enrique Von Borsten Labastida. Claro está a la posteridad se habrán de unir médicos también calificados como Guillermo Vallarino, José Santa Ana Piñeda, Carlos Zaragoza Cota Carrillo, Francisco Javier Carballo Lucero y su sede habría de cambiar donde en un tiempo estuvo el consejo tutelar para menores, y de allí paso donde actualmente está el centro de salud entre bravo y Marcelo rubio para llegar finalmente a su sede actual donde se llevó a cabo el acto.
Cabe mencionar que los hijos de Cardozo Carballo: Francisco Cardoza Macías y Antonio Carrillo fueron compañeros de la infancia y de banca en la escuela incorporada 20 de Noviembre.
De profesionales los persiguió el humanismo y luchadores sociales.
Fue la enfermera pensionada Guillermina Avilés Guereña que al recibir el documento de reconocimiento le diría al gobernante que es la primera vez en todos estos años que se le hace un reconocimiento a los pioneros de nuestro querido hospital Salvatierra. A nosotros nos recordó y en sus personas reconocemos la entrega de Chabelita Coronado y Leonarda Aguilera así como Anita Ruibal. Benditas todas ellas.
Al final del día hay una conclusión: se estimula a la gente que todavía está entre nosotros y a los familiares que sobreviven a los que ya se marcharon desde el ángulo social: es una actitud sensible. Pero también vemos una actitud política política de la buena de quien al no olvidar el pasado fortalece el presente y seguramente esos paradigmas seguirán siendo ejemplo para neutralizar contratiempos.
En lo personal desde 1992 hice un primer homenaje a Guillermina Avilés Guereña cuando se retiraba del servicio. Mujer empeñosa y ya en su merecida jubilación coadyuva en la recuperación de salarios a compañeros que se pensionaron de 1993 en adelante.
Una mujer socialmente productiva después de haber recorrido el sendero del esfuerzo y a la entrega al género humano. No hay nada más hermoso que una enfermera eficaz, que atiende a los pacientes con dulzura y cariño como si fueran sus hijos o sus hijas. En ella también nuestro reconocimiento a todas las que ha entregado hasta su vida en una pandemia que podía haberse evadido en un alto porcentaje. Nada mal, don Víctor, nada mal. No encontramos mejor frase justificada que la que dice: “Caminante, se hace camino al andar”. O como dicen los rancheros cuando llevan prisa: “orinando y caminando para no hacer surcos”.
Este evento sienta un precedente sobre todo para quienes piensan que todo empieza cuando llegan y todo concluye cuando se van.