Alfredo Gonzalez Gonzalez….
Atardeció sin crepúsculo en la selva de asfalto.
parecía un enorme hormiguero que indicaba que llevaba prisa.
Dos ciudadanos, un psicólogo y un filósofo escuchaban el siguiente diálogo
-Oyes carnal, ¿cómo te ha ido?
-De la chingada. con eso de los 65 y más.
– Pues a nosotros nos ha ido a puro cabronazo.
Estando los personajes oyendo y escuchando para tener la experiencia en vivo y hacer sus reflexiones uno y el otro concluir sobre la psicología abismal del mexicano.de pronto aparece un automóvil oficial. se baja un tipo mal encarado con una estrellita en la gorra. Se suponía que era coronel y sonó una ráfaga. Al escudriñar en los portafolios encontraron un libro titulado “México Bárbaro y los olvidados” y en el otro una obra que se conoce, de Freud titulado “Cirujanos de almas”, con una patada despectiva los tiro de una charca el castrense. No causó asombro. Se dirigió al que le estaba diciendo que le iba mal con lo de los 65 y más.
-Mira hijo de la chin…toma para que te calmes el hambre y le escupió un montón de billetes.
Se dirigió al otro y le dijo: “Sigue hablando bien del Gobierno”.
Alguien filmaba. Hiba de asombro en asombro y al mismo tiempo reflexionaba: “con una mirada serfica dicen quitar el hambre pero no el control sobre este embrutecimiento.
En una sucia callejuela dos sujetos levantaron a un discapacitado. lo llevaron a un hotel de paso, lo amenazaron, lo asesinaron y le quitaron su pensión. En otro antro un grupo de parroquianos al son de “La Negra” brindaban y entre más vivas se echaban al sistema más invitaciones recibían y ellos mismos con la mirada vidriosa e imbécil decían: “Hay mañana Dios dirá”. atrás se habían quedado los textos de John Kennedy y el de los olvidados Quintana, así como el de Freud.
Una y otra vez se pensaba que todo seria para siempre y los vivas del cabezita blanca no se dejaban y lentamente iban al suicidio de un matadero como las obejas que mueren convencidas que tal vez esa fue su suerte.
No nos cabe la menor duda, no se vale. si primero son los pobres pues que sean los primeros pero que el dinero destinado por mandato constitucional que es cierto, otros no lo dieron sea para apalear el hambre y la miseria en esta nación. Alguien paso rápidamente y susurro: “ojala no despierten al México bronco, porque le están buscando y ya se las encontraron tres pies al gato sabiendo que tiene cuatro”.
Para terminar: una vez me platico Ramon Negro Silva Lopez que le cayeron los se hacienda a un changarro que estaba enfrente de la capilla de nuestro señor san jose por alla del barrio del esterito y empezaron a hacerle cuentas y mas cuentas cuando llego el padre Bouciguez y volteaba desesperado lencho y le decia: “son chingaderas padrecito, callate”. entonces queriendo poner fin a la conversación embarazosa le dijo: “mierese, llévese todo, déjeme 60 pesos para ir a comprar una guitarra e irme al mogote para irme a cantar me importa madre.
Eso es lo que hay que evitar, el conformismo. Hay que doblarnos como decía José Ingenieros, como las varas del trigo que ante el vendaval se doblan pero al paso recobran su verticalidad. Somos un país lleno de historia, desde los sentimientos de la nación hasta la constitución del diecisiete. lleno de Hechos heroicos, de traiciones, de dictadura como Antonio López de Santa Ana que en 17 años de vida independiente 14 fue presidente y alcanzó la puntada de querer cobrar impuesto por el aire que respiramos cobrando un real por puerta y medio por ventana o de don Porfirio Díaz que después de 32 años mandó a que se llevará a cabo el etnocidio matando a 20 mil yaquis de los 42 mil que había después que estos habían ayudado a los que habían peleado el 5 de mayo. Un país lleno de gloria, progreso y atrasos, donde no se olvida jamás la cochinada del coronel Juan Guajardo que en controverbio con el general Pablo González y conocimiento del presidente Carranza asesinaron a Zapata. cuando el líder sureño le pidió una prueba de su lealtad a Guajardo mató a 70 de sus hombres y el 19 de abril se consumó en Chinameca la más alta de las traiciones. Pero no quedo ahi. Carranza le dio el grado de general de división y la entrega del erario federal. 50 mil pesos de aquellos que valían. El kama trabajó rápidamente. Guajardo es fusilado igual que Pablo González, a guajardo no quiso ni que lo enterraran en Candela Coahuila, su tierra natal. Y Carranza muere en Tlaxcalantongo. Nadie supo ni nada sabe dónde quedaron las mulas cargadas de plata. Por eso el vocablo carrancear lleva un mensaje. Es hora de cambiar. No por nosotros de 65 y más. Sino para para entregar un futuro luminoso, progresista, equitativo, libre de ratas y ratones de esa langosta maldita que arrasa los campos y enrumbamos hacia un destino histórico al que tienen derecho los hijos de los hijos de nuestros hijos. Buen provecho.