Lic. Severo GOMEZ BELTRAN. +
El treinta de septiembre de mil novecientos setenta y seis, laciudad de La Paz, fue devastada por los vientos y lluvia que provocó el huracán Liza, las que ocasionaron el rompimiento del represo del arroyo El Cajoncito, con lo que las aguas broncas arrastraron cientos de viviendas y automóviles dejando una amplia zona totalmente baldío al oriente de esta capital.
Desde las primeras horas de ese día, se dejaron sentir lluvias intermitentes, las que por la tarde se intensificaron,generando una situación de pánico entre los habitantes, que acudieron a realizar compras de alimentos en las escasas tiendas y comercios que en ese tiempo funcionaban en esta capital.
De acuerdo a las cifras oficiales, poco más de mil personas perdieron la vida en la zona del arroyo, donde tenían establecidas sus viviendas, la mayoría de ellas construidas con materiales frágiles de madera y láminas de cartón negro, en una zona comprendida desde la calle Reforma hasta lo que actualmente es la calle Colima, donde desapareció totalmente el conjunto habitacional de INDECO, ubicado al fondo del arroyo, porque estaba edificado en zona de riesgo por inundaciones.
Aunque organismos no oficiales, señalan que las víctimas fueron varios miles los muertos, ocasionados por las aguas desbordadas del arroyo El Cajoncito, los cuales quedaron muchos de ellos entre vehículos semienterrados y casas destruidas, otro más a lo largo de la calle Jalisco y otros fueron arrastrados hacia el mar los que aparecieron flotando o en los manglares de El Mogote y el Conchalito, en los siguientes días.
Para la sepultura de cientos de cadáveres que permanecían sin identificar se construyeron en el panteón de Los San Juanes, dos grandes fosas comunes, en la que fueron depositados y donde cada año en esta fecha se realiza una ceremonia religiosa a la que acuden los deudos de las personas fallecidas a consecuencia de los efectos de este trágico fenómeno meteorológico.