La desaparición del control oficial para la comercialización de los combustibles que anteriormente estaba vigilado por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), permite ahora variaciones que generalmente se convierten en incrementos continuos, determinados por la oferta y la demanda en cada establecimiento.
Además, que cada negociación puede denominar comercialmente la gasolina en sus diversas presentaciones o calidades, a diferencia de entonces cuando solamente se tenían dos clasificaciones oficiales con sus respectivas diferencias de precios para el comprador, los que estaban regulados por las autoridades federales.
Con estas disposiciones que desaparecieron las regulaciones de la venta de combustibles, en las últimas semanas en esta capital, el precio de la gasolina de mayor octanaje principalmente, viene aumentado diariamente, ya que a iniciar esta semana alcanzó un precio de veinticuatro pesos con setenta centavos, el cual este día se incrementó a veinticinco pesos con diez centavos, en la calidad de Supreme.
Mientras que la denominada gasolina Regular, se elevó a veinticuatro pesos con cuarenta centavos, de acuerdo a la lista de precios que exhiben para información del comprador, aunque sin respetar la obligación establecida por la Profeco de que deben estar visibles, ya que en este caso como son letreros luminosos, no tienen durante el día la claridad necesaria para conocer el costo de estos combustibles.