En la “campeada”
La vida del ranchero es de muchos sinsabores y también de grandes satisfacciones; un día le pregunte a don Crisóforo “Choforo” Salido Almada QEP, un sonorense enamorado de BCS, qué concepto tenía del ranchero y me contesto; “vivir lejos de todo, comer poco, esperar la lluvia y coger fuerte”, en cuatro palabras resumió lo que para él, y para muchos, es la vida del ranchero.
Un sistema de vida que impone muchos sacrificios y limitaciones que al final son recompensadas con una vida sana, lejos de prejuicios y falsedades, y en esta conceptualización ubico a Tomás Amador Ojeda, prospero ganadero de la zona serrana del norte de La Paz, hombre de trabajo, de sacrificios y por qué no, de malpasadas, lo conocí hace poco, tal vez dos años, tiempo en que me ha brindado su amistad y compartido sus anécdotas en largas y entretenidas conversaciones. Tomás Amador proviene de una de las familias fundadoras de Santa María de Toris, al igual que los Amador de Los Llanos de Kakiwui, cuyas descendencias se extienden a lo largo de más de cien kilómetros en una treintena de rancherías diseminadas a lo largo del “arroyo”, desde La Fortuna hasta Los Llanos de Kakiwui incluyendo el campo pesquero “Los Burros”.
De acuerdo a lo que me ha compartido su familia, su apellido paterno no es Amador sino Von Bostel, proviene de un alemán que llegó hace muchos años al campo pesquero “Los Burros”, por distorsiones del lenguaje, del tiempo o lo que usted guste y mande, el apellido fue sustituido por el de Amador cuya característica son de una innata inteligencia y aptitudes para desarrollar cualquier oficio, por naturaleza son talentosos, inteligentes, con iniciativa propia y muy chambeadores, en la familia que son 14 hermanas y hermanos en total, destacan por su tez blanca (güeros), altos, de ojos azules y claros, verbi gracia como alemanes.
Tomas en sus los 58 años de edad, siempre se ha dedicado a la cría de ganado, a diferencia de sus hermanos que alternan criando ganado y chivas, de ahí que conozca como nadie la vida del ranchero, buen vaquero hasta que tuvo un accidente hace cosa de 15 o 16 años, al sufrir la “quebradura” de un brazo tras caerse de un caballo en plena “campeada”, he aquí lo que pasó contado por el mismo: Llevaban dos días “campeando” en la zona de los “Melados” y el “Choyal”, estaban “acampados” con Porfirio Amador Higuera QEP en Los Llanos de Kakiwui de donde salían muy temprano en busca de ganado, lo acompañaba un viejo y experimentado vaquero, “Pancho” Amador, ese día, como un día cualquiera, corría -así le llaman- una vaquilla en el monte, la vaquilla era muy matrera y arisca que no permitía que se le acercaran, de ahí había que cansarla corriéndola en el monte, él sabía cómo ranchero y vaquero que más tarde que temprano la “pillaría”, pese a lo accidentado e irregular del terreno, montoso, extremadamente pedregoso y de pronunciadas cañadas, le resultaba pan comido hacer la corrida en el monte tras la vaquilla, peinaba acaso los cuarenta años, como quien dice en la flor de la vida, toda su vida de jinete lo acreditaban como buen vaquero y mejor jinete de a caballo, más aún cuando provenía de una familia de rancho dedicada a la cría de ganado y chivas, sin embargo, ese día no se alinearon los astros a su favor y pasó lo que pasó; en un descuido de él y su caballo, el caballo tropezó tirándolo entre el monte, Tomás cayó propiamente sin que le diera tiempo de meter las manos cayendo sobre uno de sus brazos que se quebró tras la tremenda caída, quedando semi inconsciente varios minutos hasta que llegó “Pancho” Amador, su compañero, quién lo auxilió, el caballo quedo varios minutos como muerto tendido sobre la montura, su compañero como pudo lo llevo hasta Los Llanos de Kakiwui, ya era tarde, quizás las nueve de la noche, esa misma noche “Pancho” Amador sin desensillar el caballo agarró la vereda para el rancho Banderitas en busca de un carro que transportaran a Tomás Amador a Toris, en Los Llanos no tenían carro, pasadas las once de la noche llegó “Pancho” Amador en carro de Banderitas en el que trasladaron, esa misma noche, a Tomás Amador a Toris, habían pasado varias horas después de la caída, no soportaba el dolor y con el brazo inflamado doliéndole hasta el alma, imagínese solo a bases de pastillas para mitigar el dolor, llegaron pasada la media noche a Toris dejando a Tomás en su casa, hasta otro día lo traerían a La Paz a ver doctor, tal cual, otro día muy temprano se arrancaron con él directo al hospital, el médico le diagnostico una quebradura en el brazo derecho recomendándole que viera a un “huesero”, Tomás no soportaba ni que le tocaran el brazo mucho menos que lo “jurjuneara” un “huesero”, decidiendo finalmente dejarse el brazo quebrado y sin atenderse, a partir de ahí quedo impedido a montar y “campear”, los intensos dolores le duraron varias semanas -aparecen en tiempo de frío- los mitigaba con simples pastillas antinflamatorias inhabilitándolo montar, vivir y disfrutar la vida de rancho como lo hacía antes, desde entonces no monta ni campea, sus hijos se encargan del trabajo rudo y pesado que él antes hacía.
Tomás Amador, como todos los rancheros, esperan ansioso las lluvias que se les sigue negando, es quien tiene más ganado en la zona, imagínese en tiempos de secas que hay que mantener y sin ingresos, no puede vender ganado porque está flaco y los precios en pie muy castigados, independiente de lo caro de la pastura, tiempos muy complicados y difíciles para los rancheros, si no llueve se las van a ver negras, ojala les llueva, no pierden las esperanzas y la fe en un huracán que son los que dejan agua y salvan la temporada.
Mi solidaridad con Tomás Amador y todos los rancheros de BCS que están padeciendo una sequía que no se le ve fin, días muy difíciles para nuestra gente que ya no hayan a que Santo encomendarse, vaya un saludo afectuoso a mi amigo Tomás Amador Ojeda y a todos mis amigos rancheros, mi solidaridad fraterna, que el Señor los bendiga con buenas y abundantes lluvias. ¡Qué tal!.
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