Por Víctor Octavio García
Mis tiempos
* Correrías del “Gordo” Almaraz
Como no podré acompañar a mi amigo Guillermo “Gordo” Almaraz en su última morada dado mi estado de salud, en su memoria compartiré está anécdota de la que fue co participe que él mismo me platico. A principios de los años 60’s tuvieron noticias de que en Isla Margarita estaban agarrando mucho tiburón y almejas olanudas, un día se pusieron de acuerdo el “Tele” Amador, Pilar “Pilarillo” Almaraz, hermano del “Gordo” y el gordo de ir a parajear a la isla, tenían mucho amistad con Rogelio Pozo con quien se tuteaban como parientes, desconozco que parentesco había, el caso que un día ¡Fierros! para Isla Margarita e invitaron a Rogelio Pozo, la primera de semana de estar acampados hicieron buenas mareas, enormes estibas de pulpas secas de tiburón en el “paraje”, en la primera venta de producto les dio por ir al valle a comprar mandado y echarse unas cerveza, lo primero que hicieron fue apersonarse en el mercado municipal de Ciudad Constitución a comer, a la entrada al mercado estaba un bolero y todos se bolearon los zapatos, el único que andaba a pata pelada era el “Gordo” y también se boleó -el “Gordo” siempre o casi siempre andaba sin zapatos, tenía los pies como empanadas de frijol-, decía que se sentía más a gusto a pata pelada.
Ese día corrieron la parranda para terminar en el “Babalaica” de Ciudad Constitución, fue una noche de farras, de bailar y cantar….y el “Gordo” con la pata pelada pero eso sí, bien boleada, le brillaba el lustre en las uñas, en la madrugada ya después de divertirse y pasársela a toda madre se fueron para la Isla, al día siguiente nadie fue a marea, todos se quedaron en el “paraje” honrando la feroz cruda de una noche de rejuego, de mucho rejuego. En la tarde de ese mismo día, ya que les había pasado la cruda se pusieron a tirar guantes en la orilla de la playa, nadie quería enfrentar a Rogelio Pozo dado la fama que corría de “gueno” para las patadas excepto el “Gordo” que de vez en cuando se echaba sus tiritos con él, el “Gordo” era el típico “pelador callejero”, vago, tenía su gracia en esos menesteres, cuando tiraba guantes con Rogelio Pozo siempre lo hacía en corto como la “Chiquita” González sin darle tiempo a que tirara patadas, Rogelio reconocía que el “Gordo” era “Gueno” pa’ los chingazos, entrón y bragado.
Tuvieron varias semanas “acampados” en Isla Magarita haciendo muy buenas mareas, estaba todo virgen imagínense, y al estilo de los pescadores hicieron buen dinero que lo gastaron en pedas sin par más que para el disfrute de aquellos días. Vaya esta breve anécdota de varias que me compartió para honrar la memoria de un gran amigo que se nos adelantó, para él mi gratitud infinita, para su familia mi solidaridad fraterna. Descanse en Paz mi amigo “Gordo” Almaraz.