Por Víctor Octavio García
Mis tiempos
* Misticismo
A lo largo de los años he conocido tres zonas míticas en tiempos y circunstancias totalmente distintas que por experiencia y sensación estrictamente personal siento que me irradian una especie de energía supranatural incitándome a la meditación; “La Tinaja de la vieja”, “La tinaja de la vaca” y la zona de Umi; “La tinaja de la vieja” ubicada en los alrededores del rancho del “Prieto” Sosa y “La tinaja de la vaca”, una viejo “paraje venadero” de Raúl Olachea QEPD, ubicado 12 o 15 kms distante sobre el kilómetro 65 de la carretera al valle, ambas separadas una de otra en línea recta 15 kms más o menos; cuando conocí “La tinaja de la vieja” fue circunstancialmente, sin saber previamente nada, al internarme en la zona me arropó una extraña sensación difícil de explicar incitándome hacer una detallada observación con intervalos de divagación, sensación que he experimentado en “La tinaja de la vaca” y en la zona de Umi, estas dos últimas con información previa de haber sido antiguos asentamientos indígenas.
“La tinaja de la vieja” y “La tinaja de la vaca” tienen muchos parecidos, ambas conservan durante muchos años agua dulce de las lluvias retenidas en pozas y ollas en el tepetate, la vegetación exactamente igual; pitahayas dulces, ciruelos del monte, yuca, guereque y una serie de hierbas comestibles que nacen después de las lluvias como la verdolaga y el quelite, así como una cueva en cuyo interior una serie de pequeñas cavidades como cazuelas esculpidas en la pared con la asombrosa diferencia que en “La tinaja de la vieja” queda más agua dulce retenida en una poza formada en el tepetate que la “sombrea” una frondosa mata de “zalate” (higo silvestre) y en “La tinaja de la vaca” solo existe una pequeña olla en el tepetate, tampoco existe cueva. Las dos zonas con mucha y variada actividad vida de silvestres como venado, gato montés, víboras, culebras, zorrillo, coyote, zorra, mapache, tejones, tuzas, palomas de ala blanca o pitahayera, chacuacas y chureyas, ambas de difícil acceso.
En Umi, un vasto territorio en el altiplano de la sierra entre el campo pesquero de Ensenada de Cortez (Los Burros) y Los Llanos de Kakiwui; a diferencias de “las tinajas”, Umi se ubicada en terreno plano rodeado de sierras donde existen 32 aguajes que le dan sustento a la vida salvaje y a un par de ranchos asentados en la zona, en Umi existen vestigios de lo que fue un antiguo asentamiento indígena como pedernales, petates e incluso piedras pintadas.
En estas tres zonas he experimentado sensaciones muy extrañas difíciles de explicar, siento que irradian una especie de energía que se percibe o al menos las percibo a flor de piel; divago, mi mente queda grody por momentos, medito sobre un pasado que no conocí y vienen a mi cabeza imágenes nunca vistas, en lo personal me gusta recorrer estas zonas porque siento en lo más profundo de mi conciencia y subconsciente una carga de energía, una especie de trance que potencializan mis pensamientos e imaginación, las mismas sensaciones que experimento cuando sueño y habló en el sueño con mis papá y mamá fallecidos, experiencias difíciles de explicar porque divagó, y en la divagación veo caras que nunca he visto, recorro lugares que jamás había caminado y una serie de imágenes indescriptibles, no sí me pasa porque siempre he sido de lento aprendizaje y de reacciones tardías, de ser así tiene sus ventajas, se pierde la noción del tiempo y el sentido material de las cosas al entrar en un sub mundo desconocido. ¡Qué tal!.
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