* NI LA PANDEMIA, NI LA DESESPERANZA IMPIDIERON GLORIFICAR A NUESTRAS
MADRES VIVAS O…MUERTAS, EN ESTE SU DÍA.*/PENSAMIENTOS Y POEMAS PROPIOS
Sí, se siente, se percibe, que la pandemia todo está cambiando, desde ahora y lo que viene según
estudios científicos, psicológicos, religiosos, filosóficos, armamentistas y políticos en el mundo; vaya,
hasta en la forma de pensar y de ser, de actuar y de sufrir…sin embargo, digo, hay un sentimiento que
pudiera cambiar de forma pero no de fondo: EL DEL AMOR, y muy en especial EL AMOR DE MADRE, de
ella a su cercana familia, y de aquí para con ella, nuestras madres, que la seguimos y seguiremos
valorando y venerándola en cualquiera de las circunstancias que se vayan dando, sí, porque para la
madre nada le moverá su sublime grandeza. Así, para extender más este tema, ¡vámonos con las
madres!
* SÍ, AHORA PUES PASARÉ AL SIGUENTE ESPACIO DEDICADO A…LAS MADRES EN SU DÍA.
Les entregaré estos pensamientos poéticos- pero realistas- para las madres vivas y en eterno descanso.
Tomaré este corto fragmento del inmenso poema, “El brindis del bohemio” por razones obvias, ya lo
verán…Quién no se acuerda de este final de Año Nuevo de aquel brindis del bohemio. Va…
Esta parte es cuando intervino Arturo, “…el bohemio puro de noble corazón y gran cabeza…”, “aquel
que deseaba robarle inspiración a la tristeza…”; que después de decir y decir, finaliza así: “…Brindo por
la mujer, mas no por esa en la que halláis consuelo en la tristeza, rescoldo del placer ¡desventurados! /;
mas no por esa que os brinda sus hechizos cuando besáis sus rizos artificiosamente perfumados. / Yo
no brindo por ella, compañeros, siento por esta vez no complaceros. Brindo por la mujer, pero por una,
por la que me brindó sus embelesos y me envolvió en sus besos; /por la mujer que me arrulló en la
cuna. /Por la mujer que me enseñó de niño lo que vale el cariño exquisito, profundo y verdadero; /por
la mujer que me arrulló en sus brazos y que me dio en pedazos uno por uno, el corazón entero, por esa
bridaré, ¡POR MI MADRE! bohemios…
* DE MI INSPIRACIÓN PARAFRASIADA, LES PRESENTARÉ ESTE PENSAMIENTO POÉTICO…
Lo titulé ¡SUBLIME GRANDEZA! de hace unos 11 años.!. A su consideración, va…
A pesar, madre, que no te veía, que sólo latía y vivía en ti/ que mi hambre y sed mitigabas/ porque eras
el manantial de vida que en tu vientre crecía/ que tu sangre me dabas y que fue tu cuerpo mi refugio y
nido/ y en tus aguas nadé allí en tu ser, por eso y más, ¡yo te bendigo, madre!./ Que a pesar de tus
náuseas y dolores me pariste con alegre llanto/ y me diste a luz al abrirme las puertas de la vida…/esa
luz que hoy miro y veo es por ti, madre bendita./ Luego después cuando tuve hambre, cuando tuve
sed, cuando tuve frío, tú me diste tu lácteo amoroso noche y día/ y mojaste mis labios y calor
arropándome en tus brazos…/ Y después que ya te vi y sentí, te buscaba con mis ojos y mi llanto/ que
desde esa pequeñez de niño, el amor de ti, madre, viviría en mí./ Y a esa mi madre que en mis
inconsciencias del inicio de mi vida te sentía/ que en los primeros pasos me apoyabas y me guiabas/
pero que yo inconsciente en mi juvenil rebeldía también a veces lastimé/ y por mis frustraciones te
causé el dolor y aflicción, oh madre mía / Y a pesar de todo nunca me negaste el perdón que te pedí…/
que de aquellos pesares jamás me reprochaste nada; no, no tengo palabras…/ cuando ese maternal
silencio de amor yo lo sentía como mi mayor castigo./ Y hoy que tengo conciencia, veo, siento y valoro
tu SUBLIME GRANDEZA!/ proyectada en la figura de la madre de mis hijas, de la madre de mi esposa/
de la madre de mis nietos, que es cuando tu imagen vuelve a aparecer…/para volver a darle vida a mi
vida, alma a mi alma, cuerpo y mente/ pues sé que desde el cielo me acompañas y me guías estando
en mí/ Por eso estas madres queridas, madres que veo y siento, madres que valoro/ cuando
amorosamente están con sus hijos en su entrega y protección/ con su mano dispuesta siempre a darles
todo en cuerpo, alma y corazón/ Y así vuelvo a valorar la SUBLIME GRANDEZA de una madre, y de mi
madre…/En la madre de mis hijos, en la madre de mi esposa, en la madre de mis nietos. / (Luis Manuel
Dibene Geraldo. La Paz, B.C.S. 10 de mayo de 2014).
* PARA CERRAR VA UN POEMA PROPIO, LO HICE PARA UNA MADRE QUE YA PARTIÓ CON DIOS…
Los médicos ya no dieron esperanza, me lo dijeron hoy en reservado…/y ya miro la fúnebre balanza
inclinarse más de un lado…/ Y tan grande y saludable que te miras/ jugueteando y platicando mil
proyectos/ sin saber que de este mundo te retiras…/ que pronto tus miembros estarán tensos y yertos/
Y no preguntaré si es injusticia/ ni si es castigo del Supremo/ más sí quiero llegar a tener la dicha de no
ver marchitar tu cuerpo enfermo…/ Como digo, tú no sabes que te vas/ y por eso me preguntas mi
tristeza…¡yo no puedo decirte la verdad!, pues tu alegría se acaba y la tortura empieza/
QUIERO VERTE FELIZ HASTA EL ÚLTIMO MOMENTO/ QUE CUANDO TU CORAZÓN SE QUEDE QUIETO
NO HAYA EN TU ROSTRO HUELLA DE TORMENTO, QUE PAREZCA QUE DUERMES EN TU LECHO…
(Luis M. Dibene Geraldo. La Paz, B.C.S. años 70s.)