Luis M. Dibene Geraldo
* AHORA VOY CON UN CUENTO, PERO MUY ESPECIAL,SOBRE LA VENEZUELA DEL AYER Y…LA DE HOY; NO SERÁ EN SÍNTESIS SINO EN FRAGMENTOS.
En esta ocasión selectos lectores me voy a ocupar en contarles un cuento, pero no crean que es cualquier cuento, ni de los famosos ni de los comunes, sino que es uno muy especial, incluso raro…que en mi opinión es que está fenomenal, tiene una narrativa y a la vez no, no narra hechos ni sus escenarios tal como son y a la vez sí pues se basa en hechos reales que la autora, Yajaira González, los convierte en un cuento fabuloso, personas y personajes que son y no, según enfoques, al fin que es un cuento que va contando tomado del terrible entorno venezolano sin describir quienes son (pone a maduro-sin mayúscula-) y en su momento a Hugo Chávez pero sin decirlo, sólo lo cuenta, luego el pasajito de la viejita-vieja, dice: ”…Tuve que traerme a una viejita del asilo San Antonio, a ver si se compadecían y nos dejaban vivir aquí por la vieja, tú sabes cómo son ellos con el humanismo. Les dije a los vecinos del edificio que era mi tía y que me la había traído porque sus hijos se habían ido a España y la abandonaron. Nadie puso en duda el cuento, porque ES LO QUE PASA EN EL NOVENTA POR CIENTO DE LOS HOGARES VENEZOLANOS. La viejita es de lo más simpática, no molesta, y apenas come, puede ir solita al baño. * Pues bien, esto lo escribo cuando una amiga colaboradora en mi periodismo, Melissa Mélida Ojeda, lo retoma para enviármelo completo– a petición mía- pues era creado por su amiga venezolana, y me dice: “Es sólo entre tú y yo; no sé qué fue de ella…”, aunque tampoco creo que pase nada si lo publicas…te comento que ella vivía dentro de un verdadero y enorme sufrimiento…no me lo contó, sino que me lo mandó para que lo corrigiera…
Así pues, me interesó mucho y le dije: Pues lo haré aunque tendría que buscar cómo resumirlo y presentarlo; ya veré cómo, quizá lo vayafragmentando y comentando, no sé, ya veremos. Y es que pocos “cuentos” disfrazadores así hay. Entonces pues, los presentaré íntegros (no debo alterarlos) en partes con una serie de fragmentos del cuento en sí. ¿Me explico?.
* EXTRACTOS DE EL CUENTO DE UNA VENEZOLANA DESCRITO AQUÍ Y AHORA…
Aquí reinicio diciendo, que del extracto de la viejita que puse al principio, ella sigue…”escogí una que tuviera control de esfínteres porque, sin agua, ese detalle habría sido un infierno”. DEL PASAPORTE, NADA AÚN. Valentina tampoco tiene y eso es una preocupación extra. ¿Te dije que PJ se fue a Ecuador? Ruego a Dios que le vaya bien y que nos avise pronto para arrancarnos. Si no logramos sacar los pasaportes viajaremos con la carta andina. P.D. El gentío que sale a pie ya es alarmante. Se van sin destino, algunos a Colombia, otros a Perú o hasta donde les duren los zapatos. Es muy triste ver esos desfiles de personas flacas, pálidas, que tratan de adivinar un horizonte que no saben dónde queda; caminan día y noche para llegar a algún lugar donde los recibirán mal, pero que saben lejos de este infierno. Su único equipaje son sus lágrimas y las de la familia; padres, madres, abuelos, hijos pequeños los que no pueden emprender esos duros viajes. P.D. Ahora a los colectivos les ha dado por decapitar a los opositores del régimen. Y aquí se dirige a…
Hola, pana: decapitaciones tipo Isis, por las redes. No he visto ninguna porque me niego a ver más horror. ¿Cómo te va? Estoy deprimida porquese me murió la viejita, chico. * Y sigue…No te imaginas el problema que fue enterrarla. En el apuro, cuando la adopté se me olvidó buscarle la cédula de identidad, por lo que no tenía ninguna identificación de ella. Tuve que pagar un dineral para falsificarle una cédula. El tipo se empeñó en falsificarle un carnet de la patria. Hace siglos en mi casa no hay leche. Me queda un poco de arroz y un poquito de aceite con ajo que guardo desde hace meses para una ocasión especial. Lo voy a hacer y le voy a dar a ver si come (un bebé enfermo). Te escribo más tarde. Nada del cochipasaporte; podría sacarlo si tuviera dólares, ¿pero de dónde saco yo dólares?, cientos de dólares, hasta dos mil me han dicho, se volvieron locos, argumentando que con el carnet la urna me saldría gratis. No me arriesgué. La cremación me costó toda mi jubilación; tuve que entregar la tarjeta de débito con la clave y mi cédula, para que ellos puedan cobrar mi jubilación por mí hasta mi muerte.
* No hay un solo hospital con médicos, todos se fueron, por eso ni intento llevarlo a ninguno, las enfermeras también se arrancaron; el hospital de niños está abandonado, ahora es un centro de reuniones de un colectivo llamado El Picure. YA PERDÍ LA ESPERANZA DE SACAR EL PASAPORTE. LAS OFICINAS ESTÁN ABANDONADAS. ¿A DÓNDE SE FUERON TODOS?. P.D. Hace tiempo no sé nada de JP. También dejó de escribirme. El silencio comienza a ponerme paranoica.
*Alberto: Coño, ¿Tú también? ¿Por qué no has respondido ni uno solo de mis msj? ¿No te dije acaso que el silencio de los que se fueron me pone paranoica? JP se quedó y ni va a volver, ni me va a mandar un centavo, ni va a escribirme más. Te cuento una notición, a ver si te animas a regresar: ¡DESAPARECIERON LAS COLAS! Y eso es porque ya no hay nada que comprar. ¡LAS ÚNICAS COLAS QUE QUEDAN SON PARA ENTRAR AL CEMENTERIO! ¡QUE MEGA ARRECHERA TENGO! Pero no pienso llorar ni una sola lágrima más. * Rescaté a una perrita de la calle. Está recién parida pero no encontré a sus cachorros; estoy segura de que se los quitaron para comérselos, mientras ella estaba deambulando por ahí a ver qué conseguía para alimentarse. Me la traje para la casa ¿y sabes lo quése me ocurrió? ¡poner al bebé a mamar de sus tetas, a ver si logro salvarlo! ¿y a que no adivinas? ¡se salvó!. No me hables un coño más nunca. Quédate en tu estúpida isla de la fantasía y muérete de tanto comer. Valentina, Renato (así le puse al bebé), Lola (así le puse a la perrita) y yo, viviremos sin ustedes. ¡YA NO ME INTERESA EL PASAPORTE, NO JODAAAAA! ¡MORIREMOS AQUÍ Y QUÉ IMPORTA!.
*. Y sigue el cuento de realidades, pero “para muestra basta un botón”….AHORA!