Luis M. Dibene Geraldo.
* HOY, AHORA!, DÍA DE PENSAMIENTOS LITERARIOS, DE REFLEXIONES, PARA SALIRNOS DE LOS PESARES QUE VIVIMOS. CON ÉSTO: JUAN RULFO Y YO “NO SOMOS IGUALES”.
Cuando el colega Sergio Ávila me envió hace unas dos semanas la “Confesión de Juan Rulfo” en esa brevedad de palabras emitidas por el insigne escritor de muchas obras de calidad, como “Pedro Páramo” y otras de gran reconocimiento nacional e internacional, que al leerla en esos cuantos renglones me dije: muy interesante esta SU CONFESIÓN; sin embargo ésta ha trascendido por su interés que representa y que es reveladora pues muchos no sabíamos de esa su personalidad y vida, que se presta a pensar en una aparente inverosimilitud, como lo veremos luego; y me dije: y pensar que yo un ciudadano promedio, de simple vocación literaria-periodística, en fin…fui, he sido lo contrario a esa vida y vivencia de Juan Rulfo, pues la verdad a mí nunca me ha gustado “estar solo”, que él jugaba en su niñez pero muy poco porque “se cansaba”, y yo sí jugué mucho…que Rulfo prefería “leer noche y día”, y de mi parte leía sólo lo necesario y por obligación escolar; y esto más dice Juan Rulfo…”pero no crean que el leer me hizo inteligente, no…” (órale!); y un servidor creo tener sólo la inteligencia necesaria y de diversidad, nomás…
Y finalmente que como “vivía por dentro” le tenía miedo al mundo…, ¿miedo Juan Rulfo al mundo?, este gran escritor y literato?, mmm…Caramba, pero así lo dijo en su momento en su confesión.
En conclusión, creo que fui todo lo contrario en esta parte de su vida, sólo en ésta. Veámosla pues…
* CONFESIÓN DE JUAN RULFO…PARA MEDITARLA Y REFLEXIONAR, CADA QUIÉN…LA ESCRIBIÓ ASÍ:
“Pues yo, y esto no te lo he contado todavía, desde que yo me acuerdo, siempre fui un sujeto dado a estar solo; ni cuando era chiquillo me gustó andar con los demás, jugaba a los juegos que se usan entonces, pero pronto me cansaba y entonces me sentaba en una silla y me ponía a leer lo que encontraba primero y allí me estaba lee y lee día y noche hasta que me apagaban la luz. Esto me hizo daño. Yo sé que me hizo daño para la vida. Uno tiene su vida interior formada desde los primeros años, y al fin un día se encuentra uno con la vida de afuera y la halla uno lleno de problemas y complicaciones y uno no está bien preparado para eso. Así pues, no creas que leer desde ese entonces me hizo inteligente, no, me hizo más bartolo. Me centré en mí mismo y vivía por dentro, porque le tenía miedo al mundo”. Juan Rulfo. Órale!
* AHORITA.- A PROPÓSITO DEL TEMA LITERARIO, MIREN ESTA PREPARACIÓN DE UN POEMA PROPIO.
De un diálogo con una amiga escritora de mi confianza le confié esto: Sí, este proyectito poético es de hace algún tiempo cuando se me vino el pensamiento-sentimiento, temático, y así lo inicie “en caliente” y lo avanzo cuando me llega más de imprevisto…y así hasta que lo haga llegar al final de una vez. Creo que no será dramático sino más bien “bonito”, pero no cursi, de sólo al sentir el dar cariño, amor. Algo así…* Sí entiendo, me comenta la amiga, y pienso que es un proceso misterioso en tanto que se da fuera de toda lógica, porque las ideas brotan de pronto, del fondo de tu ser, sin obedecer a programa alguno… y su autenticidad, esa honestidad de ceñirse no sólo a un impulso puro sino también a un pensar, que es el tuyo, que así lo alejan de cualquier asomo de ser cursi, nada genuino en el corazón del hombre puede serlo…Gracias, y comento…ni estoy allá ni estoy aquí, ni fui a cenar y ni a dormir (se me pegó el ritmo del gran Facundo Cabral)…Estoy ya cerrando la compu pues hoy puse las ideas principales de mi tema del lunes-martes (el más extenso), del tema corto que publiqué en El Peninsular sobre el debate-agarrón de Ciro Gómez Leyva contra Epigmenio Ibarra, que he tenido muchas reacciones a favor y en contra y las voy a contestar-comentar, ¿la leíste? salió el viernes…¿Cuando vienes, vuelves, a la Paz?. Ahora!