Luis Pazos
Hay grupos civiles que pregonan “los militares a sus cuarteles”. Entonces, ¿para qué sirven?, solo para defendernos de una poco probable invasión de los EUA y solo salgan a desfilar una o dos veces al año, mientras cada día los delincuentes ganan terreno y extorsionan a millones de pequeños y medianos empresarios, e impartan “justicia” a su modo.
En el ejército de México hay 260,773 soldados, en la Armada de México, o Marina, 87,556 y en la Fuerza Aérea Mexicana 30,517, en total 378,846. Hay quienes dicen que todos ellos deben estar en sus cuarteles y solo salir a desfilar el 16 de septiembre.
La Guardia Nacional compuesta por 118,000 es la que está 100% en la calle. El ejército está presente solo en zonas donde los delincuentes tienen prácticamente tomadas algunas ciudades y zonas rurales.
El lema del Presidente AMLO, que en fondo es deseable, “Abrazos, no balazos”, se interpretó en la práctica como una actitud pasiva de los militares, quienes no deben abrir fuego hasta que les dispararen “los malos”.
Esa orden presidencial provocó malestar y muertes en el ejército, y de hecho poco se respeta.
Hay dos posiciones extremas, una que el ejército no salga de sus cuarteles la otra que haga las mismas funciones que la policía. Ni la una ni la otra.
El Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea, no están solo para desfilar o intervenir si hay una invasión de EUA, Guatemala o Cuba, sino para garantizar la seguridad de todos los mexicanos en cualquier lugar de la Republica, cuando los delincuentes rebasen a las policías locales y estatales, o para evitar llegar a esos extremos.
La organización que interviene permanentemente para ayudar a mantener el orden en todas partes de la Republica es la Guardia Nacional, que tiene 118 mil miembros. Pero siguen en aumento los homicidios, secuestros y extorciones en casi todo el país, lo que muestra que no es suficiente la Guardia Nacional, también es necesaria la presencia del ejército, como ya sucede en algunas partes del país.
Años de formación de los soldados, marinos, y de estudio de sus oficiales, no es para que permanezcan en los cuarteles, sino para que cotidianamente el Ejército, la Marina y la Guardia Nacional, combatan a la delincuencia organizada y a la desorganizada. Y que la Guardia Nacional mantenga su actual organización, pero pase a formar parte del ejército.