¡Aquellos días!
* El Pípila
En memoria de Víctor M. Guluarte Castro, tocayo y entrañable amigo QEPD
Hace siete u ocho años Víctor Guluarte QEPD, Ángel Gajón e Isidro Ruiz armaron una salida pal monte agarrando pal “Agujito de Moreno” con el “Prieto Sosa, como ya conocen las zonas de caza se les hizo fácil salir a pegar una “peinada” sobre la mesa donde se encuentran “parajes” conocidos como “Lorena Herrera”, “Las Cueva de la Vieja”, “El Cerro del Peine”, “El palo de San Juanito”, “El Burrero” y la vereda del “camino real”, muchos de estos “parajes” son conocidos por cazadores viejos, otros no, son “parajes” que nosotros hemos improvisado en nuestras caminadas para sentarnos a la sombra de un palo blanco, palo verde, san juan o un viejo cardón para desentumirnos, tomar agua, echarnos un taco o fumarnos un cigarro, así como tener puntos de referencias sobre la zona que caminamos.
En esa ocasión no iba yo, la anécdota me la platico Isidro Ruiz, uno de los tres protagonistas de la salida; pardeando llegaron con el “Prieto” Sosa, así que ese día fue de jugar malilla, echarse unos tragos de tequila reposado, botanear cacahuates y chapulines con limón y chile en polvo y de vez en cuando darle unas mordidas a los quesos cuadrados que hace el “Prieto” Sosa; la tarde noche paso sin novedad al frente jugando varios “chicos” sin dar “capote”, eso sí renunciando un chingo.
Al días siguiente después de tomar café y devorar un par de tortillas de harina de un día anterior ¡Fierros! pa´ los venados, dice Isidro que les hacían cosquillas los dedos de ganas de jalarle al gatillo y comerse un costillal gordo asado al estilo de Víctor Guluarte, las expectativas que crearon eran buenas y muy altas de agarrar un “hijuelachingada”, así que le dieron por la mesa en dirección al “palo de San Juanito” al “El Burrero” y al cerro del “Peine” en cuyas cañadas y lomeríos se meten buenos animales, de 8 puntas pa´ arriba, así que salieron muy temprano con vientos de fronda; la idea, dice Isidro, fue caminar primero sobre el cerro del “Peine” para revisar los cañones y subir por la pista, Ángel Gajón dijo que tomaría otro “atajo”, así que le dio por rumbos del “Burrero” mientras Víctor Gulaurte e Isidro Ruiz le pegaron pal cerro del “Peine”, cuando cruzaron la primera cañada Víctor Guluarte le susurro a Isidro Ruiz, “pinche Ángel, se va a ir hacer pendejo en la vereda que va rumbo al “San Juanito” y de ahí se va a regresar”, Guluarte y el Isidro revisaron las cañadas y los lomeríos del cerro del “Peine” y nada, ya en la tarde de regreso a la casa del “Prieto” Sosa, el Isidro se le adelantó Víctor Guluarte sobre la vereda que venían caminando cuando de repente se escuchó un “pajuelazo” del .270 y con la misma se comunicó por radio con Víctor Guluarte -debo de decirle que siempre que salen llevan “woki tokis” y GPS- para preguntarle “le diste”, pensando que se trataba de un buen ejemplar (venado)” y le contesto Víctor Guluarte, “vente para que me ayudes”, lo que no sabía Isidro y ni siquiera sospechaba que lo que estaba tendido en el suelo era un burro, un burro mesteño grande y carnudo, Isidro ve el burro tendido en el suelo y con un gesto desencajado le dice “que hiciste”, Guluarte le da un trago de agua de su cantimplora y le contesta muy sonriente, “como veníamos por carne y no hubo venado, éste burro mesteño tiene buenas pulpas”, Isidro todavía desconcertado le pregunta “cómo vamos hacer pa llevar tanta carne y el rancho está demasiado retirado y se nos va hacer noche” y le responde Víctor Guluarte ”mira, le vamos a sacar los lomos y un costillal, lo demás se lo vamos a dejar a los coyotes y a la auras, no se te olvide que también comen”, hecho y dicho, así lo hicieron.
Ya de regreso al rancho del “Prieto” cargando la carne de burro, Isidro se atrasa en sobre la brecha por donde venían, cansado y con un chingo de sed y hambre, ve a Victor Guluarte cargando con la carne y se ríe y le dice “como se te pareces al Pípila cuando llevaba la piedra cargando en el espinazo”, Víctor Guluarte se encabrona y le responde “como chingas pinche pollo, deberías de ayudarme”, y sin detenerse en sus peroratas lanza un profético auguro, “el pinche Ángel (Gajón) ya debe estar con el “Prieto” Sosa platicando puras mentiras con un vaso de café en las manos”, tardan en llegar con el “Prieto” quien se encarga de “pulpear” los dos lomos y poner a sancochar el costillal que esa misma noche le rindieron honores, en tanto el “Prieto” saló las pulpas para ponerlas a secar para machaca; del costillal al final solo quedaron los huesos; Víctor Guluarte era de muy buen diente, harto, capaz de comerse solo un costillal y un tambo de mangos en una sentada, eso sí tenía la costumbre de comer al último después de que comieran sus amigos o sus invitados. ¡Qué tal!.
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