¡Aquellos días!
* El “Chilpa”
En memoria de Ramón “Chilpa” Sánchez Cordero. Descanse en paz.
En 1977-1978 comencé a recorrer la costa del pacifico donde hoy se asienta Conquista Agraria, Ley Federal de Reforma Agraria 1 y 2, lo que doy en llamar “Tierra Santa”, en ese entonces no existían esos ejidos excepto cuatro ranchos que yo recuerdo; el Chivato de don Isidro Jordán, Cedros de don Fernando Cerecer, La Aguja y La Ballena que no recuerdo quienes eran los del rancho, y en toda esa vasta zona, desde Cedros, La Aguja, La Ballena, El Conejo y eventualmente en Flor de Malva “parajeaba” un solitario pescador, Pilar “Pilarillo” Almaraz, en ese entonces no lo conocía aunque
tenía referencias de él, en aquel tiempo había hecho equipo con el “Chuy” Jesús Castro Villalba, un señor de unos 60 años de edad, fuerte y curtido en el trabajo rudo, había trabajado muchos años en la salina de la isla San José y con “Miguelito” Miguel Ángel Sepúlveda Cota, encargado de marcas y señales en el Ayuntamiento de La Paz, ambos fallecidos; en ese tiempo íbamos a la langosta en las mareas de noche entre junio y agosto que quedaban atrapadas en las pozas que se formaban en el tepetate en La Vieja, El Caracol, Flor de Malva, Los Troncones, etc., sobre el pacifico, era dos o tres mareas en la madrugada en tiempo de calor que al bajar la marea quedaban las pozas llenas de langostas e incluso pargos grandes y en ocasiones caguamas, estaba virgen todo, no había vigilancia ni sobre explotación, había mucho pescado y langosta, con una fajilla liviana de un centímetro de grueso y treinta pies o más de largo, le poníamos tres clavos en la punta como las “hawaianas”, le sacábamos punta a los clavos y con eso arponeábamos las langostas; en ese tiempo yo peinaba si acaso los veinte años, estaba en la flor de la vida.
Ramón Sánchez Cordero DEP, conocido como “Chilpa”, boleaba a la entrada al palacio municipal ubicado en ese tiempo en 16 de septiembre y Belisario Domínguez, tenía buena amistad con él, de vez en cuando me “fiaba” boleadas, siempre me decía “viiiiitor”, así me tuteaba, le gustaba la pesca y el béisbol, era buen entrenador y manager de béisbol, también era de los que hacía “quinielas” en los juegos de béisbol en el estadio al igual que el célebre “Rochin”, me insistía mucho que lo invitara a pescar, yo no pescaba sino que caminaba en el monte, nunca he sido muy afecto a la pesca porque no tengo paciencia para eso, un día le agarré la palabra y lo invité un fin de semana, invitamos a Pedro Pablo Martínez González DEP, compañero de trabajo en el Ayuntamiento y ¡Fierros! pal pacifico, nos fuimos directo donde se encuentra el faro, llevábamos burritos de frijol con queso y de machaca seca de mantarraya, un par de naranjas y agua, recuerdo que el “Chilpa” traía un maletín como los que usan los que dan toques en la calle repleto de piolas y anzuelos, tenazas y cuchillo, era bueno para tirar piola, se ladeaba una vieja y percudida cachucha que se ponía y a echarle chingazos a los pargos y a los bacocos, hasta eso tenía mucha suerte, en un rato lleno dos hieleras de pescado, asamos dos bacocos en la orilla de la playa, levantando el “paraje” muy temprano para venir “liebrando” sobre la brecha, el “Chilpa” feliz, quería que todos los fines de semana lo invitará pero no se podía, yo ganaba poco en el Ayuntamiento, 935 pesos a la quincena y la gasolina aunque barata en ese tiempo siempre se resentía, yo tenía un Dodge Kart 1968, seis cilindros con el motor acostado, muy bueno carro, en ese tiempo las brechas estaban transitables no como ahora, incluso las brechas “petroleras”, recuerdo que fuimos tres o cuatro veces a pescar, ya de regreso nos veníamos “liebrando”, así que nunca llegaba a mi casa con las manos vacías; pescado, liebres, pitahayas agrias, cirguelas del monte, leña, en ocasiones verdura que nos regalaba don Fernando Cerecer el Cedros, e incluso langostas, de manera que en el “paraje” de los García siempre había qué comer.
Fue así como conocí la costa que va desde Los Inocentes hasta Los Troncones y la zona donde hoy se asientan los ejidos Ley Federal de Reforma Agraria 1 y 2 y Conquista Agraria, lo que llamo “Tierra Santa”, una zona que siempre me ha gustado; precioso clima, buena pesca, mucha agricultura, ganadería, excelente caza y sobre todo gente nuestra, de trabajo, empática y de bien, gracias a Pilar “Pilarillo” Almaraz que tuve la dicha de conocerlo hace más de treinta años, un gran amigo a quien quiero mucho, respeto y admiro, hoy puedo presumir que conozco más o menos la zona, desde veredas, atajos, cerros, cañadas, lomas, ancones, méganos, parajes, sanjones, limpios etc., incluso donde hay una uña de gato, un palo zorrillo, palo colorado, palo san juan, mezquite e incluso cardones y pitahayas centenarios, zonas venaderas, de liebres, conejos y chacuacas, etc.,
Gracias a dos privilegios de los que siempre he hecho gala; una buena memoria y un gran sentido de ubicación me han permitido compartirles mis vivencias, pequeñas historias, de las que he dado cuenta en este y en otros espacios en los últimos años las cuales me han sido sumamente útiles ahora que voy en franca retirada, cuando no quiero hablar ni escribir de política sino de mi tierra que tanto amo, cuando mis sueños se resumen no en grandeza, riqueza, nombre, poder ni nada de nada, sino simplemente de pasar mis últimos años contándole cuentos a mis nietos, repasando recuerdos, reviviendo nostalgias, leyendo y escribiendo lejos de todo y en medio de la nada. Que Dios los bendiga.
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