Pongamos todo en perspectiva // Carlos Villalobos
La música, como el arte, es un espacio donde el ser humano se expresa de forma auténtica, reflejando sus emociones, pensamientos y singularidad, sin importar que sea Serguéi Rajmáninov, Bach, Joy Division, Belanova, Metallica, Bad Bunny , Drake o el mismísimo Gallo de Oro, Valentín Elizalde.
Sin embargo, el avance de las tecnologías nos enfrenta a otro desafío ético de la implementación de estos avances, esta vez en la industria musical.
El impacto de la inteligencia artificial en la música ha sido una montaña rusa de controversias y popularidad. En un extremo, la IA ha demostrado su utilidad para componer y producir melodías y ritmos, pero en el otro extremo, surge un dilema ético: la autenticidad y la chispa que define el trabajo humano en la creatividad parecen ser inalcanzables por las máquinas. Además también se ha develado la facilidad que tienen los sistemas informáticos actuales de burlar los sentidos.
Recientemente, casos como la manipulación de voces de artistas reconocidos, como Bad Bunny, Daddy Yankee y Justin Bieber en el Track “NostalgIA”, han generado una gran revuelta en las redes sociales. La música generada por la IA ha ganado popularidad, pero a su vez ha levantado preguntas éticas y legales sobre los derechos de autor y la autenticidad de las obras.
La inteligencia artificial en la música es, sin duda, un avance significativo. A pesar de sus éxitos en plataformas digitales, se plantean dilemas éticos y desafíos que debemos explorar. En una era donde la tecnología se entrelaza cada vez más con la creatividad humana, nos encontramos en una encrucijada: ¿la IA en la música impulsa la creatividad o socava la esencia humana de la expresión artística?
En el caso de Benito, “el Conejo Malo”, ha sido muy duro, reprochado a través de sus redes sociales, ya que miles de fans han pedido que apunte hacia donde “NostalgIA” apunta, sin embargo, el propio artista puertoriqueño ha salido a defender su obra, “corriendo” a quienes no compartan su visión y su acción.
Las interrogantes surgen: ¿promueve la IA la innovación o amenaza la autenticidad creativa? ¿Las audiencias tienen que decidir hacia dónde apuntan los creadores o son los creadores los que tienen que imponer? ¿De verdad tenemos un consumo crítico o solo es el mercado regulando? Es un debate fundamental en la música contemporánea y una reflexión necesaria para comprender cómo la tecnología impacta en la esencia misma de la creatividad humana.
Por otro lado, en abril de este mismo año la versión generada por inteligencia artificial llamada “Heart on my Sleeve”, que utilizó las voces de Drake y The Weeknd sin su autorización, provocó una controversia aún mayor. Inicialmente, plataformas de streaming reconocidas atribuyeron la canción a estos artistas. Sin embargo, una vez expuesto que esta canción fue producida a través de inteligencia artificial, Universal Music solicitó su eliminación inmediata de todos estos servicios.
A pesar de esta controversia, la canción se volvió viral, de acuerdo con información de infobae, llegaría a acumular 600,000 reproducciones en Spotify, 15 millones de visitas en TikTok y 275,000 visualizaciones en YouTube.
Al momento, no se ha revelado con exactitud qué herramientas de inteligencia artificial fueron empleadas en la creación de esta canción, y aunque el contenido fue eliminado de YouTube, otras cuentas lo han vuelto a publicar, generando incertidumbre sobre los límites éticos y legales en la música creada mediante inteligencia artificial.
A pesar de todo lo anterior, artistas como Grimes, literalmente han declarado “Usen mi voz con IA para hacer canciones”, eso sí, con el respectivo porcentaje de las regalías, abriendo todavía más el panorama de posibilidades, de dudas y de reflexiones posibles.
Estos sucesos revelan un dilema crucial en la intersección de la tecnología y la creatividad humana. A pesar del atractivo inicial de la canción, estos incidentes enfatizan las profundas implicaciones éticas y legales de la creación de música generada por inteligencia artificial sin el consentimiento de los artistas involucrados.
Hoy la critica del uso de apoyadores vocales, siendo el autotune el más famoso, ha sido rebasada en la industria musical, lo de hoy es ver hasta dónde puede llegar la utilización de este tipo de herramientas, desde la conceptualización, hasta la ejecución de las obras.
Nos adentramos en una era donde la intersección de la inteligencia artificial y la música plantea serios desafíos éticos y legales que demandan mayor reflexión. Es esencial considerar y debatir estas cuestiones en profundidad para comprender plenamente cómo estas tecnologías transforman la esencia misma de la creatividad en la industria musical.
Sígueme en twitter como @carlosavm_
https://carlosvillalobos.substack.com/