Lic. Severo GOMEZ BELTRAN.
En el Centro histórico de nuestra ciudad, por la calle Ignacio Zaragoza, entre el callejón Agustín Arriola y Santos Degollado, se encuentra la placa conmemorativa, donde se recuerda que en ese lugar el tres de noviembre de mil setecientos veinte, los misioneros jesuitas Juan de Ugarte y Jaime Bravo, se establecieron para fundar la Misión de Nuestra Señora del Pilar de La Paz, la cual posteriormente seria abandonada al construirse la actual iglesia de esta capital
Este sitio fue escogido, según descripción de los misioneros en sus crónicas, para establecer el centro misional, por ser una parte alta de la región conocida por los indios Guaycuras, como Airapi, que les permitía además mantener una visión de la bahía y de los grupos de aborígenes que poblaban esta zona y de estar además ubicada “A tiro de escopeta”, es decir a corta distancia de un aguaje.
Y que de acuerdo lo señalado por el historiador Pablo L. Martínez, por sus investigaciones, la fundación de la Misión de Nuestra Señora del Pilar, fue el cuatro de noviembre, en lo que en lo que coincide sobre este acontecimiento el también profesor Leonardo Reyes Silva, señando que después de su desembarcaron, los misioneros de la embarcación, “El Triunfo de la Cruz”, procedentes del pueblo de Loreto, pero afirmando que fue el día uno de noviembre.
Y que iniciaron inmediatamente los trabajos de desmonte de una meseta alta, los cuales concluyeron tres días después para proceder entonces, a la edificación del templo, lo que puede constituir uno de los sitios más importantes de la historia sobre los inicios de la consolidación de la religión católica en esta capital, pero que prácticamente se mantiene abandonado de toda difusión histórica, al estar ubicado en una callejón con escasa iluminación y vigilancia policiaca expuesto al riesgo de sufrir daños por el vandalismo.
Por lo que se tiene el riesgo de que esta placa sea dañada o sustraída por grupos de vándalos o coleccionistas de piezas históricas, porque es parte la cultura regional sudcaliforniana, que además puede promoverse como un atractivo turístico este evento importante de las actividades misionales jesuíticas en nuestra capital.
Y por su ubicación, para los visitantes nacionales o extranjeros y aun las nuevas generaciones de sudcalifornianos, no es suficientemente conocido el lugar, aunque tiene una gran relevancia este acontecimiento ya que la última vez que se le recordó fue el tres de noviembre de mil novecientos setenta.
Se colocó entonces la placa conmemorativa junto a lo que fue la Biblioteca de Las Californias, indicando que en ese sitio se inició la construcción de esta misión, el antecedente de la actual catedral de Nuestra Señora de La Paz.
Porque además en los últimos años no se realizan en esta fecha ninguna celebración religiosa o cívica para recordar el desembarco de los misioneros jesuitas en nuestra bahía y posterior fundación de la misión, como lo señala la placa que sin ninguna iluminación ni protección se mantiene en la parte alta de la pared sin mayor información sobre su la importancia histórica del sitio.