Para leer al Pato Donald
Ideología de género
La ideología de género que pasó de ser una moda que se impuso a través de la preeminencia de los derechos humanos de segunda, tercera y quizás cuarta generación, llegó, como la mayoría de movimientos sociales que reivindican causas de grupos históricamente vulnerados en sus derechos, a tal grado de politización que fue aprovechado por los partidos que se autodefinen de izquierda ante el derrumbamiento de los países del socialismo real, que ya no tenían un futuro de igualdad social y económica que vender a los electores. La izquierda toma las banderas feministas y de grupos considerados de minorías sexuales que se agrupan en las siglas LGBT y demás variantes y logra espacios de poder en diversos países, cómo es el caso de México, donde han logrado la despenalización del aborto, el reconocimiento de los matrimonios del mismo género, el reconocimiento del cambio de sexo según su autodefinicion en documentos oficiales y lo que ha causado una gran controversia reciente, en los nuevos libros de texto gratuitos que van llenos de está ideología de género con fines de hipersexualizacion de menores de edad que asisten a las escuelas públicas mexicanas y que lamentablemente se ha venido imponiendo no obstante el rechazo generalizado de miles de padres de familia y de connotados especialistas en la materia pedagógica.
De tal manera que estos grupos otrora considerados de minorías sexuales que promueven el orgullo gay, cuyo derecho a manifestarse, a autodefinirse y a comportarse según sus preferencias sexuales que se les respeta, no se han detenido y ahora son los que definen sin respetar las leyes federales y los procedimientos legales, el qué y el como se “eduque” no solo para que se respete y tolere está ideología, sino para que se eduque particularmente a niños y adolescentes conforme los criterios de dichas minorías sexuales.
Un tema complejo y sencillo a la vez, el de la ideología de género, que se ha convertido en otro elemento más de división, confrontación y encono a la sociedad mexicana.
Es también de reconocer que el auge de está ideología de género que comenzó en los países europeos, Estados Unidos y del primer mundo capitalista, cómo sucede con todo, ya está en declive y son varios los estados del vecino del norte que están modificando este tipo de leyes que hace treinta o cincuenta años aprobaron por todos los resultados negativos que han producido en aquellos países, especialmente en el tema educativo y asuntos legales como el derecho a la adopción.
Mientras ello ocurre allá, en nuestro país lo que allá va en declive aquí ha tomado vuelo y no son pocos los que demuestran su orgullo de los “progresos y conquistas” de la comunidad gay en distintos terrenos de la comunidad.
Insisto, no es el tema de desconocer el derecho que les asiste, sino diferenciar lo que son los derechos justos a las libertades y preferencias sexuales, de la imposición generalizante en temas como la educación de nuestros menores de edad.