Tengo un sueño
Desde hace tiempo trazo planes y hojas de ruta no sé pa’ qué; estoy viejo, cansado y enfermo, jamás podré jubilarme gracias a mi maldito espíritu de contradicción, la política me negó ese derecho por no pensar igual que la acartonada burocracia que gobierna, muchos gustos y placeres de antes ya no los disfruto, sin embargo no dejo de soñar, total soñar no cuesta nada.
Vivir lejos de todo en medio de la nada como un ermitaño haciendo residencia en un juncalito (casa) de vara trabada de palo de arco, techo de palma amarrada con hojas de datilillo, vigas de palma con horcones de palo zorrillo y ensamble de carrizo, un tinaja empotrada sobre la horqueta en un horcón de palo zorrillo o palo fierro en el corredor, cocina a un lado de la casa con hornillas y un buen baño, regadera y sanitario y agua, no pido más; un caballo para montar, dos o tres vacas para la leche para hacer de vez en cuando una cuajada, uno docena de gallinas ponedoras para los huevos de los desayunos, unos cuantos chivos, borregos y uno o dos puercos; contar con una o dos hectáreas de tierra para sembrar árboles frutales únicamente para la necesidad y consumo de la casa; ciruelos, naranjos, limones agrios, limas chichonas, naranjos, guayabos, mangos, aguacates, cañas, higos, uvas y granados, sembrar algunos surcos de tomate, chiles verdes, cilantro, repollo, chiles serranos, camotes, calabazas, maíz, ajos, lechugas, sandías y melones, y cuando se pueda forraje para los animales; levantarme muy temprano a colar café, darle agua y comida a los animales, ensillar el caballo y salir a montar, de regreso preparar el desayuno, desde luego tener un buen refrigerador de energía solar y focos en la casa, dos perros que cuiden la casa y me acompañen en mis caminatas, en ocasiones hacer leña, cortar pitahayas, ciruelas del monte, buscar alguna liebre, paloma o chacuaca para comer o simplemente caminar, preparar el almuerzo a eso de las 4 o cinco de la tarde y el resto del tiempo dedicarme a leer y escribir, no pido más, con esto sería feliz; salir del rancho cada quince días o cuando se agote el bastimento (comida) para surtir la despensa y pa’ tras a seguir en lo mío, cuando me visite mi familia, mi hija, hijos y nietos agasajarlos con una buena comida; un castradito asado, carne asada, una tatema o bien un caldo de gallinas con hueveras, compartirles los frutos y lo que generosamente da la tierra, huevos de gallina alimentadas con granos libres de fertilizantes y químicos, queso, miel de abeja, carne seca de res o de venado, dulce de leche, fruta y verdura de la temporada.
Contar con agua suficiente y buenos paneles solares que le suministren energía a un refrigerador, una computadora y los focos de la casa, la casa cercada con maya ciclónica reforzada con castillos o muros de piedra, un buen pick up de preferencia doble tracción, una 30/30, herramientas como asadones, palas, picos, talachos, machetes, cuchillos, sierras, una moto sierra, un buen horno de ladrillos y un pozo pa’ las tatemas, con eso me doy por bien servido, contar con internet y desde allá enviar mis colaboraciones periodísticas e interactuar con mis lectores; de estar jubilado estaría en condiciones de cristalizar mis sueños, pero como tengo negado ese derecho seguiré echando chingazos hasta el fin de mis días.
Dedicarle buena parte del día a la huerta en el riego, deshierbando, sembrando, cultivando, podando y cortando pasto (zacate), la verdura y fruta que no sirva echársela a los animales, el suero dárselo a los perros, chivos y a los puercos, una buena montura y una bestia disponible para montarla en cualquier momento, ordeñar muy temprano para soltar las chivas y las vacas, dejar que la leche se enfríe para cuajar y quebrar la leche después, este sueño o deseo lo he platicado con mi familia, algunos de mis hijos lo aceptan y me apoyan porque me comprenden, otros no porque todavía no entienden el mundo, de suerte que los planes, los sueños y los deseos son míos, y sí algún día se cumplen no dudaría en hacerlo, de manera que en este proyecto estoy solo, únicamente yo, no puedo ni debo comprometer a nadie ni con nadie más, al igual que cuando ejerzo mi derecho a votar, ahí soy solo yo, mis convicciones y mi conciencia; discúlpenme que hoy me sincere con ustedes con una tema tan trivial que a muy pocos les interesa, y que a esos pocos que me leen y comparten mis aficiones y gustos le dedicó esta entrega porque sé que en la intimidad de sus sueños, en lo profundo de sus pensamientos coincidirán conmigo, para ellos mi solidaridad y respeto de siempre. Que Dios los bendiga.
Para cualquier comentario, duda o aclaración, diríjase a victoroctavioBCS@hotmail.com