Hace ya poco más de un mes que falleció mi apreciable y dilecto amigo, el profesor ALFREDO GONZÁLEZ GONZÁLEZ y como un modesto homenaje a su memoria, ha decidido reproducir este pasaje que viene en su libro El último trecho del que le compré un ejemplar y me obsequió otro. Espero que al igual que sucedió con este servidor que al leerlo, durante la espera de atención del trámite de jubilación en el IMSS, me fascinó porque, además, el personaje principal es un amigo de muchos años…
UN ENCUENTRO CERCANO CON LA MUERTE
Experiencia vivida por el doctor Eduardo Bautista Palacios
“Invité al doctor Bautista Palacios a tomar un café a mi domicilio particular, aprovechando su estancia en La Paz, habiendo aceptado el compromiso de trasladar un postre que sería degustado en la boda de un familiar en Cabo San Lucas. Resultó una interesante plática sobre un caso especial que paso a narrarles. Por la seriedad que esto requiere, debo decir que se trata de un hombre serio, profesional, servicial, cualidades que de ninguna manera pudiera carecer. Esto que voy a relatar espero merezca un análisis reflexivo, por eso pido al lector que lo reciba con la mayor prudencia porque, generalmente. Ante ese tipo de lecturas surge el escepticismo. Creo que habré ganado en este espacio la atención de quienes lean esto por las características que reúne la vivencia.
Advierto que omití algunas cosas que sinteticé y que nos habla de algunos conceptos de hechos esotéricos, en el espectro de la telepatía, que se dio en el caso presente. Durante la época de este caso, no existía el tramo de la carretera de doble carril entre Cabo San Lucas y San José del Cabo, la cabecera municipal. En una parte del camino, había un monumento al programa de Solidaridad. Antes de llegar al punto referido, mientras manejaba, el doctor Eduardo Bautista Palacios sintió la presencia de alguien a su lado derecho y volteó. Vio a una hermosa mujer completamente vestida de negro, dándose el diálogo entre los dos, iniciando el doctor, de acuerdo a como lo transcribo:
-¡Hola!
-¡Hola!
¿Cómo estás?
-¡Muy bien! ¿y tú!
-¡También, muy bien!
-Te ves tranquilo.
-¡Así es!
-¿No te da miedo?
¡No!
¿Sabes quién soy?
-¡Si sé!
¿Quién crees qué soy?
-¡Eres la muerte!
¿Sabes a qué vine?
-¡A llevarme!
-¿No tienes miedo?
¡No!
-¿Por qué no tienes miedo?
-Creo en Dios y sé que algún día tenía que suceder, pero nunca imaginé que fueras tan bella. Siempre pensé que tendrías otra forma.
-¡Tengo diferentes formas! ¿Quieres conocer otra?
-¡Sí!
En ese momento voltee haca enfrenta y al volver la vista hacia ella, inmediatamente. Era una calavera con túnica negra y le dije sin miedo:
¡No me gusta como te ves, prefiero la otra!
Volví a girar la cabeza al frente y después de unos segundos volví a verla. Estaba exactamente igual como la mujer que estaba antes.
-Me gustas más así.
¿Estás listo para irnos?
-¿Sí, estoy listo, nada más que tenía pensado hacer tantas cosas en familia, realizar mis metas, superarme intelectual y profesionalmente, pero estoy listo!
Ella me vio fijamente y me dijo:
¿Sabes?, te veo y tienen mucha paz y tranquilidad. ¡Te voy a dar más tiempo!
-¡NO!, llévame ahora, me agradas y me das paz. ¡No me gustaría que cuando regreses por mí, vengas de otra forma!
Sonrío y me dijo:
¡No te preocupes, la próxima vez vengo de la misma forma!
-¡Te agradezco la oportunidad y gracias por conocerte!
En ese momento volteé hacia enfrente y me hice cargo del vehículo.
Debo aclarar que el doctor explicó que todo el diálogo fue mental, telepático y que, al terminar la conversación el carro había transitado sin su conducción. “Unos metros antes de llegar al Cerro Colorado, una llanta de mi carro se ponchó, eran casi las ocho de la noche. Me hice a la orilla de la carretera. En ese momento pasó un vehículo y me ignoró; transcurrieron 15 minutos más y pasó un amigo, se detuvo, me auxilió y me subí Reanudé el viaje. Al llegar a la recta de Costa Azul hubo un accidente. Eran dos carros que chocaron de frente. Un conductor ebrio invadió el carril contrario, chocando de frente con otro vehículo. Para mi sorpresa, era aquel que no me había ayudado.
Días después del suceso, mi mente se encontraba extrañada, sabía lo que había pasado, pero no reaccionaba con el paso de tiempo fui asimilando lo sucedido y viviendo la realidad”.
Ya fuera de contexto platicaba el médico durante su vida había tenido diversas experiencias. Desde joven, platicó y amó a Dios, quien siempre lo había guiado en su vida con retos extremos que le gustaban. Explicaba que había estado a punto de morir, no una sino muchas veces. Se advierte por su conversación que ha leído textos que alguna integración tienen con su existencia que han templado su espíritu y su fe. Su rostro se manifestaba sereno, sostenía la mirada propia de as personas que se rigen por medio de la sinceridad…”
COLLAGE: El gobernador de Baja California Sur, VÍCTOR MANUEL CASTRO COSÍO asistió este sábado al zócalo de la Ciudad de México (CDMX) al evento masivo de la celebración del triunfo democrático para la transformación del pueblo, encabezado por el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR.