La zorra de la bajada del Condeno
En casa de Pilar “Pilarillo” Almaraz, en Tierra Santa (Conquista Agraria), el solar de la casa es grande, tiene muchos árboles frutales como mangos, guayabos, dátiles, granados, cirguelos, naranjos etc., de suerte que siempre hay frutas, y cuando se da, se da en abundancia; un día que llegue encontré el suelo tapizado de guayabas, esa tarde íbamos a salir a pegar una “caminadita” por el rumbo del Condeno, mientras alistaban los rifles, el agua y el lonche, me dispuse a juntar guayabas que se estaban perdiendo en el suelo, los guayabos estaban tupidos, junte buenas y malas, separe las buenas para traérmelas para mi casa y las otras, que era una tara completa, la subí a la caja del “Andariego”, al bajar al arroyo del Condeno siempre nos salía una zorra en el mismo lugar, cuando veníamos de “acampar” le ponía agua en un embace de refrescos que recortaba y le dejaba lo que quedaba de comida; tortillas duras, frijol, arroz etc., que lo guardaba en un balde -como si fuesen lavaduras- para dejárselos junto con el agua, de manera que el animalito estaba familiarizado con nosotros, cuando escuchaba el ruido del motor del carro posaba coquetamente haciendo gracias y faramallas en unos tepetates donde tenía su guarida o Peo Box diría el “Cuidro” Jordán, casi al bajar al arroyo del Condeno.
Después de la del “perro” (comida) ¡Fierros! pal Condeno, sobre la brecha íbamos esparciendo un rico olor a guayabas -me recuerda el Bets Seller, “El olor a la guayaba”, de Gabriel García Márquez-, cuando llegamos a la zona de avistamiento curiosamente no vimos la zorra, detuve el “Andariego” en la brecha y me baje, a unos cuantos metros de la brecha, entre el monte, le deje la tara con las guayabas, y sobre la tara un bote de refrescos con agua amarrado en la misma tara, ya de regreso recogería la tara para ver si se había comido lo que le había dejado, esa tarde caminamos hasta el oscurecer acariciados con la suave brisa que corría del pacifico, tarde muy agradable, vimos una venada con dos crías y solo le dijimos “bye, bye, bye, a ver si el próximo año nos vemos”, y un venadito macho de orqueta, el “Pilarillo” le soltó un par de “pajuelazos” pero no le dio, ya oscuro ¡Fierros! para atrás, en Tierra Santa (Conquista Agraria) nos estaban esperando con una olla de menudo.
De regreso, ya de noche, 8 o 9 de la noche, me baje del pick up con un foco de mano para recoger la tara y dejarle más agua a la zorra en el bote, ¡cuál sería mi sorpresa que andaban tres zorras!, ya le habían dado mate a las guayabas y vaciado el bote de agua, una de las zorras se dirigió a mí y comenzó a olfatearme y lamerme los zapatos, me senté encluquillas y se dejó que la acicalara, dócil y juguetona, las otras dos en cuanto me vieron se metieron entre el monte, el “Pilarillo” y el “Vidorria” se quedaron en el carro, se me hizo extraño que ninguno de los dos dijeran nada, conociéndolos como son de habladores seguramente murmuraron entre ellos diciendo, “que loco está este cabrón”; recogí la tara ya sin las guayabas, les deje más agua en el bote y darle que no estaba esperando el menudo en Tierra Santa.
Pequeñas historias como esta conservo varias en mi haber, historias triviales, sin importancia que en lo personal disfruto y recuerdo con mucho agrado porque más allá de reflejar la intrascendencia de mi peregrinar por esta vida, queriendo o no muestran mi lado tierno, sensible, abrevando en el viejo dicho que reza, “que el lion no es como lo pintan”.
Espero tener tiempo para seguirles compartiendo mis andanzas, mi andar peregrino y errante, el hobby que realmente disfruto, con el ánimo de que quienes me leen le dediquen más tiempo a la naturaleza, a la vida sana en el campo, a disfrutar el olor de los sanmigueles y a tierra mojada, a vincularnos más con la naturaleza, disfrutar la vida salvaje desafiando estos soles y estos fríos que han curtido nuestra piel forjando así nuestro carácter y con ello creando una gruesa coraza forrada de amor por nuestra tierra, por nuestra “tricentenaria comunidad de sangre”. Que Dios los bendiga siempre.
Para cualquier comentario, duda o aclaración, diríjase a victoroctavio@hotmail.com