Con la llegada el tres de noviembre de mil setecientos veinte, de los misioneros jesuitas Juan de Ugarte, Jaime Bravo y Clemente Guillen, a la bahía que ahora es esta ciudad de La Paz, se inició la fundación de la Misión del Pilar, ya que inmediatamente procedieron a delimitar el terreno actualmente ubicado en lo que es la calle Zaragoza entre Arriola y Degollado, en el Centro Histórico de nuestra capital.
Aunque puede considerarse un acontecimiento histórico relevante, en esta zona sin ninguna vigilancia ni protección contra las inclemencias climáticas, se encuentra una placa metálica indicando que después de desembarcar de la balandra “El Triunfo de la Cruz”, procedentes del presidio de Loreto, los misioneros construyeron con materiales de la región una pequeña capilla, en este lugar conocido por los indígenas Guaycuras, como Airapi, que posteriormente se convertiría en una misión religiosa.
Las crónicas indican que seleccionaron este lugar ya que, por su posición elevada, permitía a sus ocupantes, mantener una visión amplia de la bahía y de los grupos indígenas que poblaban la zona, situada muy cerca del aguaje, donde iniciaron la edificación del templo, que posteriormente tendría la denominación de Misión de Nuestra Señora del Pilar de La Paz, y que después por los problemas para sostenerla se trasladó al poblado de Todos Santos.
Esta zona prácticamente carece de toda difusión oficial, sin vigilancia policiaca, y la última ocasión que se recordó oficialmente este acontecimiento, fue hace cincuenta y dos años, cuando se colocó la placa conmemorativa de este acontecimiento, quedando enclavada en la pared de una vieja edificación, sobre un callejón con escasa iluminación,
Por estas condiciones existentes, para los visitantes nacionales o extranjeros y generaciones de sudcalifornianos, el sitio no es suficientemente conocido y expuesto al riesgo de sufrir daños por el vandalismo y las inclemencias del clima, sin suficiente iluminación ni protección para evitar su deterioro o destrucción necesaria para garantizar su mayor conservación.