¡Aquellos días!
* En la miel
Si mal no recuerdo, en mayo de 2011, pasada la floración, en una de mis acostumbradas salidas pal “Aguajito” del “Prieto” Sosa lo hice con el firme propósito de ir para sacar un enjambre de abejas que tenía visto, en ese tiempo visitaba seguido al “Prieto” cada semana o cada quince días, allá pasaba los fines de semana comiendo y durmiendo, en veces salía a caminar en el monte, más de las veces iba solo, en ocasiones Isidro Ruiz, Ángel Gajón, Pasy Real, Victor Guluarte y el Nicho Búrquez, tenía varias salidas que me pedía el “Prieto” de ir a revisar un enjambre que tenía visto a ver si tenía miel, así que en ese viaje decidimos ir a revisar; una cubeta de plástico de 20 litros donde viene pintura, un par de cuchillos, un galón de agua para tomar, “cuachas” de vaca para hacer humo y camisas gruesas de manga larga; el año anterior había llovió poco, muy mal, hubo poca flor, palo blanco, uñas de gato, pitahayas agrias y dulces, mezquites y párenle de contar.
Ya que el “Prieto” cuajó la leche para dejar prensados (destilando) un par de corazones (quesos), salimos a revisar, serían las once de la mañana, caían los rayos del sol fulminantemente como plomo, en el monte los palos estaban pelados, no había sombras donde guarecerse, a esa hora comenzaba lo fuerte del sol y del calor, así que agarramos brecha doña Juana Higuera, el “Prieto” Sosa y un servidor, el enjambre quedaba más o menos a dos kilómetros de la brecha de carro en un talud tepetatoso de una cañada, retirado del rancho más o menos a siete kilómetros, llegamos a la cañada donde estaba el enjambre a ras de tierra sobre una pequeña cueva u orificio en el tepetate, desde que llegamos no sé porque sospeche que no tenía miel e incluso llegue a pensar que eran abejas africanas, muy bravas, el “Prieto” se acercó a la boca de la cueva a prender una fogata para hacer humo y de entrada le picaron un par de abejas, se oían como moscorrones volando alrededor del tepetate,
doña Juana y yo tomamos prudente distancia mientras el “Prieto” a cada rato se pegaba manotazos en la cabeza y en las canillas espantándose las abejas, finalmente logró hacer humareda y se acercó no sin antes recibir varios aguijonazos, cuando llegamos a la zona donde estaba el enjambre ya se nos había terminado el agua que llevábamos para tomar, hacía un calor de la chingada y la sed era incesante, siempre el “Prieto” le dedicó más de media hora en revisar la cueva de dónde sacó un par de panales secos sin miel, se veían las larvas de abejas muertas, ya que se cercioró que no tenía miel exclamó ¡Valimos verga, no tiene miel! y emprendimos el regreso al rancho.
Caminar más o menos dos kilómetros desde la zona tepetatosa hacia donde habíamos dejado el carro sobre la orilla de la brecha que va a la “antena”, una antena de microondas instalada donde se inician los cañones del Sauzoso, fue una odisea, al puro mediodía, sin agua y con las manos vacías, 45 minutos en carro pa´ llegar al rancho fueron eternos, llevábamos la boca ceniza de sed, a punto de insolarnos, al llegar el “Prieto” puso agua para colar café y nos prohibió tomar agua, así que tuvimos que esperar casi media hora más a que colará el café, nos sirvió en vasos y así caliente nos dijo, tómense el café caliente, no le pongan azúcar ni leche, cuando tomé los primeros sorbos de café sentí que me quemaba el “gaznate” comencé a sudar a chorros, verbigracia como una barra de mantequilla derritiéndose.
Esta fue la última salida a sacar enjambres, en ocasiones anteriores corrí con mejor suerte con el “Pilarillo” Almaraz y el “Vidorria” Manríquez en un brazo de arroyo en la zona del Condeno (Conejo), donde logramos sacar algunos panales para endulzar unos hoy hot cakes (hotkey), allá en mi tierra acompañe a mi papá QEPD un par de veces con mejores resultados, la diferencia es que allá (mi tierra) llueve más y hay mucho más floración en época de primavera, ojalá que el Señor me preste vida para probar suerte en diciembre que viene donde estoy invitado a revisar un enjambre que tiene tiempo en un cantil, justo en una zona donde habido y existe mucha floración. ¡Qué tal!.
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